domingo, 18 de abril de 2010

LA MOMIA Y LA ABEJA

Había una vez un desierto muy, muy lejano de Ávila. En el desierto no habitaba nadie, aunque de vez en cuando iba gente paseando a ver si había algo nuevo. Tenía muchas pirámides y hacía mucho calor. En una de las pirámides había una puerta abierta y dentro un ataúd con una momia dentro cubierta de vendas.

Un día una abeja que pasaba por allí ,vio que dentro de la pirámide había algo que se movía. Entonces a la abeja se le ocurrió entrar a ver que había. Al entrar se encontró con una momia que se había escapado de su ataúd. La abeja se asustó porque estaba corriendo por todos los lados y pensó que la iba a atacar. Entonces rápidamente sacó el aguijón y picó a la momia. La momia gritó muy muy fuerte tanto que casi se cae la pirámide del grito. La momia se asustó y empezó a llorar del dolor que le había producido semejante picadura. Entonces la momia la dijo a la abeja que se fuera y que no volviera a entrar en su pirámide nunca más. La abeja no tuvo otra opción que irse rápido para que la momia se quedara tranquila y sola sin nadie que la molestara.

La abeja se fue de la pirámide muy triste porque había hecho daño a otra persona. Entonces, después de tanto pensar, se le ocurrió una idea.

Voy a traer una gasa para curarla. -Pensó la momia.

Y entonces de fue a la ciudad a buscar una farmacia para comprar una gasa y así curar a la momia de la pirámide. Encontró una farmacia en la que vendían gasas para curar las picaduras de abejas. Compró una y la llevó a la pirámide.

La momia, al volver a ver a la abeja, la dijo que se fuera inmediatamente de allí. La abeja le explicó por que venía y la momia lo entendió perfectamente y dejó que le curara.

- Muchas gracias por curarme –dijo la momia.

- Es lo menos que puedo hacer por ti –respondió la abeja.

Después de que la abeja curara a la momia fueron muy muy amigas para siempre y todos los días estuvieron juntas en la pirámide.

Y allí fueron muy felices para siempre.

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